Atualizando as imagens do Campo Alegre
Troncos da pata de vaca
Ninho no pergoladoVisita do rinoceronte
Criatividade: raiz com orquídea
hummmmmmmm...manga diretamente da magueira
Mangas, muitas mangas
Uma galinha carijó irreverente...
que passa o dia todo no poleiro, só desce para comer.
Teria ela algum parentesco com o macaco?
Lanterna japonesa, presente da Quinta do Brejo
Marrecos continuam se abrigando na palmeira
Iniciou temporada das mangas
Tumbérgias
Flores do túmulo da Rany
Produção diária de ovos
Família de corujas
Iniciando a temporada dos pepininhos
Bom Senhor!
Breve passagem pela horta
Presente da natureza para enfeitar o Campo Alegre
Cores diferentes da mesma roseira
Manhã de oração
Imagens do outono no Campo Alegre
clique nas fotos para ampliar
Na mesma linha dos aromas, temperos e sabores
Mãos + sementes de urucum + exercício físico + habilidade = “colorau”
Personagens e frutos da terra
Começando a produção de tomates
tomatinho cereja
Cana caiana, pronta prá virar caldo
Sr. Domingos é o caseiro do Campo Alegre. Um piauiense quase paulista que aprecia o trabalho com a terra. Nesta foto, o desafiei a sentir o aroma do mel do girassol mexicano.
Senhor Domingos apreciando o girassol
No Campo Alegre os frutos e as flores se revezam durante as estações do ano. Quanto mais cuidado e dedicação melhor a produção. Abaixo uma cesta com limão taiti, limão cravo, banana prata, banana red, abóbora e cheiro verde.
Laranja vermelha
Agora estamos no processo de secagem das cabaças. Este ano conseguimos produzir as de tramanho grande. Queremos fazer instrumentos e usar para decoração. Muitos utilizam como moringa, outros como utensílios de cozinha, inclusive como pratos. É o que vamos fazer. Imaginem um feijão tropeiro servido num prato de cabaça?
Cabaças secando... prá virar prato, instrumento etc
Aromas e imagens do Campo Alegre
Basta uma pequena caminhada. Basta aguçar os sentidos. Indo para o galinheiro um cheiro me chamou a atenção. Continuei. Na volta, de novo o cheiro. Parecia dama da noite. Mas confesso que olhei rápido para a murta (falsa-murta, de fato, mas não gosto que chamem plantas de falsa alguma coisa). Não. Não tinha florada das murtas. Estava ali ao meu lado. Flor da jabuticabeira!!!!! Nunca tinha sentido esse aroma. Já tinha até visto a flor, mas o aroma, esse nunca. Que espetáculo! Além do fruto delicioso, a flor, além de delicada, é cheirossíma! Que venham os beija-flores!
Pouco depois, colhendo umas flores para o jantar da D. Selma, minha mãe, a supresa dos girassóis mexicanos. Numa consulta sobre a planta vi que é acertadamente conhecida como Flor-de-mel. Nunca tinha sentido o aroma que eles exalam. Mas nos últimos anos, no outono, ele sempre esteve ali. Aroma forte, definido. Bom demais! Por conta do vaso, esse aroma invadiu minha casa. Mas seu aroma não é a única qualidade. A beleza e exuberância de suas flores enfeitam qualquer ambiente. Num único arbusto, dezenas de flores.
Mas isso não é tudo! Tomando café na varanda, vimos que chegou um novo visitante no comedouro pendurado no resedá. Não sabemos o nome, e a foto nem dá prá retratar a sua beleza pois tive que aplicar muito zoom. Mas vejam como é lindo esse pássaro! No Campo Alegre a natureza é realmente muito generosa. Impossível deixar de agradecer a Deus por tanta maravilha!
El jardín de mis sueños
Ruben Alves habla del jardín interior, ese que soñamos construir, que diseñamos y rearmamos agregando cosas nuevas cada vez. Dice que hay que soñarlo y desearlo mucho antes de empezarlo a construir, para que realmente refleje nuestro sueño.
Alguien construyó mi jardín soñado, y lo hizo más lindo aún de lo que imaginaba en mis sueños, con cosas que todavía yo no había llegado a soñar porque ni siquiera las conocía.
Tuve la dicha de ver el jardín de mis sueños, pero aún nunca me paré en su suelo, ni olí sus aromas, ni sentí su calor.
Campo Alegre es el gran jardín de mis sueños, y mejor aún de lo que habría podido soñar. Mis ojos lo conocieron y le dijeron a mi corazón: “ahí esta! es ese!”, y desde ese momento no tuve que soñar más, cuando necesito paz, alegría, emoción, abro sus fotos y entro en el a través de mis ojos.
Allí me encuentro con Dios, y con lo mejor de mí que fue creado por ese Dios. Allí encuentro la paz, la verdadera paz, la de Dios. Esa naturaleza exuberante, llena de colores, de vida, me habla de Dios, de su amor infinito que nos regala la belleza absoluta, la belleza natural con sus perfecciones o imperfecciones que en ese lugar se vuelven perfectas. Me habla del sueño que Dios tiene para mí, de la belleza que quiso regalarme para que disfrute, para que sea feliz y para que lo encuentre allí a El.
Pero también este gran jardín, este campo me habla de quien lo soñó, lo acunó en su corazón y luego lo construyó, me habla de quién ha pensado cada detalle, ha armado muchos jardines diversos allí, ha reflejado en cada planta, en cada piedra o madera lo mejor de sí. Construyó ese jardín para el, para Dios y para todos nosotros.
Cuando veo las imágenes veo el amor que puso quien se ha preocupado por cada detalle, y el deseo que puso de ver allí corriendo, disfrutando a todas las personas que quiere. Y lo hizo grande porque tiene muchos amigos. El también soñó ese lugar para encontrarse con Dios, para rezar, para alabar, y para encontrarse allí con otros que le hablan de Dios, que le muestran su rostro. Y ese amor se ve en la forma en como recibe allí a todos los que quiere, los acoge y se preocupa por cada detalle, para que todos vivan lo que el vive cada día.
He visto allí a personas felices, disfrutando de cada rincón de Campo Alegre, personas que no conocía, pero que sus rostros me transmitieron que también ahí encontraron lo que yo encontré. Se las ve felices, sonriendo, compartiendo, disfrutando de la creación y del regalo que entre Dios y Silvio nos prepararon.
Porque Campo Alegre para mí, es un regalo, es algo inesperado que llenó de esperanzas mi corazón. Ese lugar todavía silencioso para mí me habló de la fuerza de la creación, que así como en la naturaleza, está dentro de cada uno de nosotros, y está en mí. Cada flor de Campo Alegre con sus colores impresionantes y gran tamaño me dice que la vida puede más que cualquier frío, viento, granizo, calor. Me dice que puede haber sequía, que se pueden caer los bellos pétalos, las hojas más visibles, pero que si volvemos a regar, cuidamos con amor lo que está dentro de la tierra, tarde o temprano renace primero pequeño, pero luego se vuelve fuerte y lleva la belleza del que revive con orgullo y dice “aquí estoy yo”.
Campo Alegre es la prueba viviente de lo que dice en uno de sus letreros, “lo sagrado no es correr tras las mariposas sino cuidar del jardín para que ellas vengan a ti”. Y porque alguien confió en eso, cuidó esos jardines, se llenaron de mariposas, de plantas, de flores, de árboles, y también se transformó en el lugar al que nosotros deseamos ir.
Espero algún día estar en le jardín de mis sueños que ya tanto me ha regalado, y frente al que me encontrado con Dios.
Alguien construyó mi jardín soñado, y lo hizo más lindo aún de lo que imaginaba en mis sueños, con cosas que todavía yo no había llegado a soñar porque ni siquiera las conocía.
Tuve la dicha de ver el jardín de mis sueños, pero aún nunca me paré en su suelo, ni olí sus aromas, ni sentí su calor.
Campo Alegre es el gran jardín de mis sueños, y mejor aún de lo que habría podido soñar. Mis ojos lo conocieron y le dijeron a mi corazón: “ahí esta! es ese!”, y desde ese momento no tuve que soñar más, cuando necesito paz, alegría, emoción, abro sus fotos y entro en el a través de mis ojos.
Allí me encuentro con Dios, y con lo mejor de mí que fue creado por ese Dios. Allí encuentro la paz, la verdadera paz, la de Dios. Esa naturaleza exuberante, llena de colores, de vida, me habla de Dios, de su amor infinito que nos regala la belleza absoluta, la belleza natural con sus perfecciones o imperfecciones que en ese lugar se vuelven perfectas. Me habla del sueño que Dios tiene para mí, de la belleza que quiso regalarme para que disfrute, para que sea feliz y para que lo encuentre allí a El.
Pero también este gran jardín, este campo me habla de quien lo soñó, lo acunó en su corazón y luego lo construyó, me habla de quién ha pensado cada detalle, ha armado muchos jardines diversos allí, ha reflejado en cada planta, en cada piedra o madera lo mejor de sí. Construyó ese jardín para el, para Dios y para todos nosotros.
Cuando veo las imágenes veo el amor que puso quien se ha preocupado por cada detalle, y el deseo que puso de ver allí corriendo, disfrutando a todas las personas que quiere. Y lo hizo grande porque tiene muchos amigos. El también soñó ese lugar para encontrarse con Dios, para rezar, para alabar, y para encontrarse allí con otros que le hablan de Dios, que le muestran su rostro. Y ese amor se ve en la forma en como recibe allí a todos los que quiere, los acoge y se preocupa por cada detalle, para que todos vivan lo que el vive cada día.
He visto allí a personas felices, disfrutando de cada rincón de Campo Alegre, personas que no conocía, pero que sus rostros me transmitieron que también ahí encontraron lo que yo encontré. Se las ve felices, sonriendo, compartiendo, disfrutando de la creación y del regalo que entre Dios y Silvio nos prepararon.
Porque Campo Alegre para mí, es un regalo, es algo inesperado que llenó de esperanzas mi corazón. Ese lugar todavía silencioso para mí me habló de la fuerza de la creación, que así como en la naturaleza, está dentro de cada uno de nosotros, y está en mí. Cada flor de Campo Alegre con sus colores impresionantes y gran tamaño me dice que la vida puede más que cualquier frío, viento, granizo, calor. Me dice que puede haber sequía, que se pueden caer los bellos pétalos, las hojas más visibles, pero que si volvemos a regar, cuidamos con amor lo que está dentro de la tierra, tarde o temprano renace primero pequeño, pero luego se vuelve fuerte y lleva la belleza del que revive con orgullo y dice “aquí estoy yo”.
Campo Alegre es la prueba viviente de lo que dice en uno de sus letreros, “lo sagrado no es correr tras las mariposas sino cuidar del jardín para que ellas vengan a ti”. Y porque alguien confió en eso, cuidó esos jardines, se llenaron de mariposas, de plantas, de flores, de árboles, y también se transformó en el lugar al que nosotros deseamos ir.
Espero algún día estar en le jardín de mis sueños que ya tanto me ha regalado, y frente al que me encontrado con Dios.
Mariana Pomies
Mariana é uma amiga uruguaia, socióloga, da CVX, e, nesta foto, estava cantando com amigos brasileiros numa bela tarde de outono em Montevideo.